EL DÍA DEL ÁRBOL Y LOS INCENDIOS FORESTALES

Hoy me siento con una dualidad muy grande, como cada 29 de agosto es el día del árbol, se habla de su importancia y beneficios y por otro lado estamos con una realidad tan triste que son los incendios forestales en gran parte del centro y norte del país.

Mi dicotomía era si hablar de la importancia de nuestros bosques y arboles o de los perjuicios ambientales de los incendios y creo que se puede hablar de las dos cosas a vez

Empecemos por hablar de los árboles, ellos proveen oxígeno, amortiguan la lluvia, por su parte los bosques regulan el clima, reducen la velocidad del viento, y es uno de los elementos más importante de la biodiversidad. Recordemos que los grandes bosques como el Amazonas son los “pulmones del mundo”, en resumen, los árboles son vida.

Y ahora vamos a la contra cara, los incendios que destruyen todo a su paso, animales, arboles, casas, absolutamente todo. Esos beneficios de los cuales hablamos se pierden, afectamos la biodiversidad, la calidad del aire, sin importar nada, sin siquiera que sin arboles no hay vida, no hay calidad de aire, y nos afecta directamente a nosotros los seres humanos que nos creemos inmortales y omnipotentes.

En la actualidad son once las provincias afectadas por los incendios: los más relevantes hoy son el que se encuentra en las islas de Entre Ríos, y el de la provincia de Córdoba, después están las provincias Corrientes, Buenos Aires, La Pampa, San Luis, Santiago del Estero, Misiones, Catamarca y La Rioja, en total, el fue ya arrasó hasta el momento con unas 120.000 hectáreas aproximadamente.

Pero lo peor de todo esto es que se cree todos los incendios fueron prendidos intencionalmente, provocando esto pérdidas materiales y daños ambientales incalculables.

Que mas le falta al hombre para entender que el daño que le causa al planeta se lo causa a si mismo, que mas nos falta por entender que la perdida de nuestros bosques es un perjuicio directo a nosotros mismos, ¿porque hacemos tanto daño al planeta?, ¿porque nos hacemos tanto daño?

Compartir este artículo en: